Amedrentar, amenazar y manipular, son formas cotidianas de convivencia. La prepotencia existente, nos puede llevar en ocasiones a utilizar la presión a los demás para conseguir lo que queremos. Así en las escuelas éste mismo fenómeno se puede replicar y esto sucede cuando existe una presión que hace a la víctima sentir temor por lo que le hace la otra persona. Para que se considere bullying, esto debe ser constante, contra alguien y con intención.
Algunos ejemplos son:
- Cuando hay persecución, que es una manera agresiva, y continua con que se acosa a alguien a fin de que haga lo que la otra persona quiere. Esta puede suceder cuando al llega la víctima, el agresor está al pendiente ?al acecho- para acorralarlo y comenzar a molestarlo y violentarlo.
- Cuando hay intimidación, que significa causar o infundir miedo. El miedo es una angustia a causa de un riesgo o daño real o imaginario. Es también la aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que quiere. Las amenazas a una persona, pueden dejarla con un sentimiento de miedo, que no le permita vivir tranquilo.
- Cuando hay tiranía, que es el abuso en grado extraordinario de cualquier poder, fuerza o superioridad. Es cuando el alto y grandote maneja a su antojo a los demás. O el chico malo ?como el de la caricatura Recreo- que tiene a todos amenazados. El miedo paraliza a las personas.
- Cuando hay chantaje, presión por medio de amenazas, para obligar a que alguien haga algo. Amenazar para quitarle a alguien su lunch o su dinero es un chantaje, que además, es un robo abierto. Esto aplica para lo que sea que se obligue hacer a alguien: desde hacerlo mentir, hasta ir a algún lugar, en base a amenazas.
- Cuando hay manipulación, que es intervenir hábilmente las cosas, para conseguir algo sin importar mentir. Esta es el arma de bullying más común, ya que en ella entran los chismes. La reputación de las personas es lo más valioso que tenemos y quitar el valor de alguien por medio de mentiras, es una de las crueldades más grandes.